Bajo
el capó de los coches se encuentra uno de los casos más curiosos hoy en día en
el campo del reciclaje: una batería de plomo-ácido.
Estos
acumuladores utilizados sobre todo para el arranque de los automóviles destacan
por contener elementos que pueden ser altamente contaminantes como el plomo o
el ácido sulfúrico, pero también por ser elementos mas reciclados . Según la
Federación Española de la Recuperación y el Reciclaje (FER), en España se
recicla cerca del 95% de las baterías que se sacan al mercado, las chatarrerias de recuperación de plomo están practicante en todas las ciudades. “Es marginal la
cantidad de baterías que no son recicladas”, garantizan desde esta
organización.
El
plomo ha sido responsable de múltiples episodios de contaminación y
envenenamiento a lo largo de la historia, siendo uno de los más notorios el
causado por su incorporación (ya prohibida) al carburante de los coches. Pero
también ha sido ampliamente utilizado en todo tipo de productos. Hoy su uso se
ha reducido mucho y se concentra en el sector de baterías para automoción. De
acuerdo a los datos de la Unión de Industrias del Plomo (Uniplom), la
producción de este metal en el país en el año 2009 fue de 138.000 toneladas,
empleándose alrededor del 80% para fabricar acumuladores para los coches.
Este
tipo de baterías se componen fundamentalmente de plástico polipropileno (7%),
de agua y ácido sulfúrico del electrolito (23%) y de plomo en diferentes formas
(63%). Hasta que se encuentran otras tecnologías que permitan el desarrollo del
coche eléctrico, son todavía las más utilizadas en los automóviles. No son
peligrosas durante su uso en el motor del coche, pero sí al final de su vida
útil cuando se convierten en un residuo, por lo que deben ser gestionadas de
forma especial evitando que acaben abandonadas en cualquier sitio. No sólo por
el plomo, sino también por el ácido sulfúrico, que resulta corrosivo.
Con
todo, existe otra circunstancia muy importante: en España se dejó de extraer
plomo de las minas hace dos décadas. Con el cierre de minas como la de
Peñarroya en 1992, en Murcia, se puso fin a la explotación de este metal en el
país, dejando tras de sí un grave problema de contaminación ambiental en
lugares como la bahía de Portman. La principal fuente de plomo para los
productores españoles esté en las propias baterías de los coches. Aunque existe
chatarra de la que recuperar este metal (tuberías, planchas de tejado,
soldaduras, maquinaria de impresión antigua), es del reciclaje de los
acumuladores de los coches ….
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